En Aquella Habitación

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La noche bañaba nuestros cuerpos poseídos por el deseo,
la luna hermosa se posaba tras la ventana
palideciendo mi piel que de pasión se desbordaba;
se detenía el tiempo y en ese cuarto éramos dos palomas volando alto.

Se aturdieron mis oídos,
se fatigo mi respiración.
Tensa y pálida entre tus brazos,
sentía tus labios bajar como un río entre mis muslos.

Gemidos como de dolor tras la puerta,
suspiros que se escondían en las esquinas de aquella alcoba;
mi silueta desnuda debajo de la tuya dibujándose  en la pared.
El flamear de dos velas al compás de aquellos lentos y acelerados movimientos.

Un perfume a sándalo se esparcía por la atmósfera
abriendo paso a las ardientes caricias que de tus manos sentía,
rodando y dando vueltas por aquella inmensa cama,
Saciándome  hasta el fondo, allí donde la luz se agota.

Tu sudor corría como lluvia por mi vientre,
tus manos me tocaban como se toca una guitarra,
tus dedos acariciaban mis cabellos como a una muñeca de porcelana;
cerré los ojos, mi alma flotaba pidiendo auxilio a esas mariposas fosforescentes.

Y en ese momento sublime,
te abrazas fuerte a mi cuerpo,
pegas tu boca a mi oreja y casi sin aliento me dices
dos palabras; siento que llego al infinito, estoy muriendo de placer en tus brazos. ¡¡¡Te amo!!!.

¡Qué noche!, que bonito recuerdo,
los dos en aquella habitación.
¡Que hombre!.
Que triste que solo haya sido una mas de mis fantasías.

~*~ Diosa De Fuego ~*~

Agosto 2003

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